La importancia de hacer un pacto

Contratar significa celebrar un contrato, convención o acuerdo oral.

El concepto inicial de pacto en China apareció en la dinastía Xia y se hizo popular durante el Período de Primavera y Otoño y el Período de los Estados Combatientes. La mayoría de sus contenidos son "acuerdos" mutuos entre estados vasallos o acuerdos con dioses al orar por bendiciones. Están grabados principalmente en caparazones de tortuga, artículos de jade o escritos en oro y seda. El concepto original de pacto en Occidente apareció en el Génesis de la Biblia, donde Dios estableció un pacto con Adán y Eva.

La primera palabra "acuerdo" aparece claramente en "Génesis". Cuando el diluvio retrocedió, Dios hizo un acuerdo con Noé y marcó la tierra con un arco iris. Esta es la famosa "Promesa del Arco Iris". Desde entonces, Dios ha aparecido muchas veces en la Biblia enfatizando los convenios que hizo con los humanos y su obediencia hacia ellos. Se puede decir que esto es la germinación del concepto occidental de "contrato".

La sociedad occidental hasta ahora ha concedido gran importancia al "contrato" y al "contrato", que también está influenciado por la Biblia. El espíritu de contrato es el espíritu dominante de la sociedad civilizada occidental. La palabra "contrato" proviene del latín y su significado original es transacción. Su esencia es el concepto de libertad de contratación.

Orígenes históricos del espíritu de contrato;

El espíritu de contrato tiene una larga historia en Occidente, que se remonta a la antigua Grecia. Los pensamientos de Aristóteles tuvieron una profunda influencia en la teoría contractual posterior. La discusión de Aristóteles sobre la justicia en la ética contiene ricas ideas contractuales, y Aristóteles propuso el concepto de justicia conmutativa. La justicia conmutativa es el código de conducta para que las personas realicen transacciones.

Beneficiarse a uno mismo sin dañar a otros es el principio básico de la justicia cambiaria. El espíritu contractual moderno tiene su origen en la teoría de la transacción voluntaria. El principio de intercambio equivalente y la teoría de la generosidad, dar propiedad a la persona adecuada en el momento adecuado y en la cantidad adecuada y cumplir las promesas. El antiguo jurista romano Cayo dividió la deuda en dos categorías: derechos contractuales y privados.

Basándose en esta teoría, Tomás de Aquino propuso la división entre contratos remunerados y contratos no remunerados. Tomás de Aquino no sólo intenta explicar que cumplir las promesas es una virtud, sino también cuándo cumplirlas. La reaparición de los principios de justicia contractual y buena fe en la teoría contractual contemporánea puede verse en la influencia de las teorías contractuales de Aristóteles y Tomás de Aquino.