Obras de Berenice Abbott
Nueva York en 1925 estaba llena de prosperidad en el nuevo mundo. En los muelles costeros de Nueva York, barcos grandes y pequeños cargados con carbón, mineral de hierro, madera y trigo pasaban a través del vapor de agua brumoso y atracaban uno por uno para descargar. Inmigrantes del otro lado del océano llegaron aquí, con confusión y esperanza en sus ojos. Los ocupados porteadores del muelle sostenían cigarrillos en la boca, sostenían cuerdas de fibra en las manos y luchaban por arrastrar los barcos atracados hasta el punto de atraque. Esta deslumbrante escena durante el ascenso de Nueva York conmocionó profundamente a Berenice Abbott, que en ese momento sólo tenía 25 años. La joven fotógrafa tomó la voluminosa y antigua cámara que tenía en la mano y corrió casi frenéticamente por el concurrido, desordenado y vibrante muelle frente al mar de Nueva York.
Con una actitud sin pretensiones, registró el brillo del paseo marítimo de Nueva York y el alma inquieta de esa época, siendo testigo del período principal de la historia de crecimiento de Nueva York. Se puede decir que los muelles frente al mar de Nueva York casi hicieron que Berenice tuviera éxito, hasta que lamentablemente falleció décadas después.