Un ensayo inolvidable 300
Fue el "Día del Niño Colorido" celebrado por la escuela el 1 de junio de XX. El contenido del concurso es "baile del campus". Cada clase tenía un límite de 30 estudiantes para participar en la competencia y fue un honor para mí ser seleccionado.
A medida que se acercaba la competencia, el profesor fortaleció nuestra formación. Tengo que practicar hasta las 5:30 todos los días después de la escuela y tengo que volver a la escuela para entrenar los sábados y domingos. Para mi deleite, la maestra me pidió que me pusiera en el medio.
El día antes de la competición, la profesora nos pidió que nos pusiéramos la ropa y nos la probáramos. ¡Guau! ¡Qué hermoso! Los profesores debieron coser un chaleco blanco con una estrella bordada durante la noche. También hay un cinturón rosa brillante en la falda, jeje, este cinturón rosa brillante lo proporciono yo.
Con este vestido me sentí como si estuviera bailando en el escenario, ganándome los aplausos del público... Más tarde descubrí que estaba aquí para probarme la ropa, no para subir al escenario.
Por la noche, estaba tan feliz que no pude dormir en toda la noche, pensando para mis adentros: ¡Mañana es el partido, vamos! ¡Los estudiantes todavía están esperando que recibamos los premios! Cerré los ojos y me quedé dormido lentamente.
Apenas unas horas antes de la hora de la competición, la profesora rápidamente nos pidió que nos vestiéramos y maquilláramos. "¡Jaja! ¡Mira a esos chicos, sus caras están tan rojas como el trasero de un mono!" "¿Cómo estás?"
Era la hora del partido y estaba muy nervioso. "Ahora, por favor inviten a dos (4) clases a actuar en el escenario". En ese momento, subí al escenario con nerviosismo.
Escuchamos la música, seguimos el ritmo y empezamos a saltar... Finalmente superamos este momento tenso, ¡y me sentí muy orgulloso cuando vi al público aplaudiendo! La maestra que estaba mirando también sonrió y dijo: "¡Hiciste un buen trabajo! ¡Sigue trabajando duro!
¡Vamos, estaba muy feliz!" Por cierto, los premios estaban a punto de entregarse, así que me acomodé, me senté en la silla y esperé.
La última vez es cuando se entregan los premios, que también es el momento de más nervios. Escucha: el primer premio es:
¡Clase 2 (4)! "¡Sí!" ¡La maestra y nuestros rostros mostraron las sonrisas más brillantes!
Este Día del Niño he dejado atrás un clásico que no olvidaré jamás en mi vida.