El chico con una puntuación perfecta de 700 en el examen de ingreso a la universidad dijo que le encanta jugar. ¿Cómo podía tener juegos y estudios al mismo tiempo?
La razón principal por la que muchas personas se oponen a los juegos y al aprendizaje es que es fácil volverse adicto a los juegos. Por lo tanto, si pasas mucho tiempo jugando, tu tiempo de estudio naturalmente se acumulará en poco o incluso. No hay espacio y su rendimiento académico será cada vez menor a largo plazo. Sin embargo, si el niño tiene un plan de tiempo claro para su estudio y juegos, y en este plan, la proporción de aprendizaje es significativamente mayor que la de los juegos, significa que el niño solo usa los juegos como entretenimiento después de cansarse de estudiar, y no retrasará su actuación. En este caso, los padres pueden permitir que sus hijos hagan arreglos libremente y no bloquearlos ciegamente, de lo contrario fácilmente despertará el interés rebelde de sus hijos y producirá efectos contraproducentes.
Esto es cierto para los juegos, al igual que el resto de la educación. Los padres no pueden detener los pasatiempos de sus hijos en todo momento. Por ejemplo, si quieren tener el pelo largo, sus padres piensan que es inapropiado, por lo que les cortan todo el pelo a sus hijos, pensando que esto hará que los niños renuncien a su amor por la belleza. Pero un enfoque tan brusco sólo hará que sus hijos se sientan resentidos e incluso no se atrevan a hablar en voz alta en clase debido a su baja autoestima. Bajo tal presión psicológica, su desempeño también se verá afectado y caerá en picado.
Como padre, la forma más adecuada de educar es dejar que tus hijos aprendan a gestionarse, saber cuándo hacer qué y ponerlo en práctica con determinación. Los padres pueden acordar tres capítulos para satisfacer las necesidades de sus hijos. Una vez que no cumplan con los requisitos o los violen más de unas cuantas veces, las cosas prometidas se retirarán temporalmente y se suspenderán algunas actividades. No es hasta que el niño se da cuenta del problema y se da cuenta de que el error ha sido corregido que la situación puede restablecerse. Una o dos veces, su hijo se dará cuenta de que actuar con coquetería y enfadarse no solucionará el problema. Lo que quieran, tienen que pagarlo, y además saben cuáles son las reglas y cumplen sus promesas. Los tiempos han cambiado y los métodos educativos deben seguir el ritmo. Criar niños a ciegas según el antiguo método de producir hijos filiales bajo el palo no es necesariamente bueno.