Jimei Arles Fotografía Internacional

El arte es realmente una especie de metafísica.

Anteriormente participé en un salón de intercambio sobre la Exposición de Fotografía Jimei Arles.

En esta discusión sobre arte, tengo que hacer algunos suspiros pretenciosos:

1. El valor de las obras de arte fotográfico depende más de la innovación y creatividad de la obra, que. Es una condición insuficiente e innecesaria que no guarda proporción con el nivel de tiro.

Me impresionaron profundamente ambos conjuntos de obras. Un grupo es una fotógrafa japonesa xxx que toma fotografías de personas y lugares que aún viven en las ruinas de los terremotos pasados ​​en Japón y que han sido abandonados por el tiempo. No se puede decir que la imagen sea hermosa en absoluto, incluso se puede decir que es emocionante. Parece no tener habilidades fotográficas, pero es algo que invita a la reflexión.

El segundo grupo es un conjunto de fotografías creadas por un artista durante la epidemia, con varios objetos en la cabeza. ¿Por qué a esto se le puede llamar arte? ¿Cómo distinguir entre arte y comportamiento imaginativo? Le hice esta pregunta al orador. El orador dijo que una vez un fotógrafo famoso me hizo la misma pregunta, pero aun así dijo: "Quiero preguntarle al creador qué piensa".

Emmmmm... ¿Y qué?

Así que amigos, tengan confianza y no crean que no entienden el arte.

A veces el arte que no entendemos no es el arte en sí.

Vamos, aprende a decir:

“A la mierda el arte (literatura)”.

2. Cuando mires fotografía, no me preguntes qué hago. Piensa. Solo pregunta si no entiendes.

Mi propia preocupación es la "perspectiva".

Los fotógrafos miran las cosas desde una perspectiva diferente a la de la gente corriente.

Por ejemplo, para una misma muerte, los disparos mortales de Araki pueden ser muy diferentes.

Me preguntas, ¿por qué necesito saber lo que piensan los demás?

¿No crees que es realmente aburrido jugar en la misma pantalla todo el tiempo en tu mundo?

Cuando las personas obtienen una nueva perspectiva del mundo, siempre se vuelven más pacíficas.

3. Las obras verdaderamente grandes pueden ser entendidas por todos.

Hombres, mujeres y niños pueden ver su valor de un vistazo. No es necesario que los curadores lo expongan en palabras sofisticadas. Un buen trabajo habla por sí solo.

4. El valor de algunas obras tarda en asentarse.