¿Quién le regaló un poema a un bardo?

Memorias del Bardo - Un asesinato provocado por un poema

Gente con prisa,

por favor, detengan sus pasos.

Oirás al mensajero de Clérides,

Una confesión en soledad y soledad;

Salí en silencio,

Así como me Llegó en silencio.

El momento de la despedida,

hará que los crisantemos que te rodean florezcan maravillosamente.

Por las llanuras donde reposa el Maestro,

Por los valles asolados por los demonios.

Por cada tierra silenciosa,

trae la bendición de Clerides.

La gente de Chenisar cantó para mí,

La alarma del pionero sonó por mi culpa.

Cada respiración se detiene con mi llegada,

Todos están tristes por mi partida.

Innumerables personas persiguen mis pasos,

Un sinfín de palabras hablan de mi crueldad.

Almita,

Pero nunca entenderé el refugio que te di.

Al final del camino cubierto de pétalos de crisantemo,

hay un refugio eterno.

No hay necesidad de enfadarse por rencores,

No habrá más conflictos de intereses.

A todos los que llevo,

Por favor, recuerda.

No soy el sirviente de Baranya,

ni la bruja de la Torre Mágica de Hielo.

Donde exista gente,

A dónde llegaré.

Porque mi misión,

es hacer florecer flores en cada par de ojos.

Me fui tranquilamente,

Con la misma tranquilidad vine.

Al quedar atrás,

Será un mar de flores en plena floración...