El método específico de control diafragmático de la respiración durante el vibrato.
2. Respira profundamente y deja que el diafragma soporte el sonido. Cada vez que inhalas, te sientes lleno de aliento (¡casi hasta el punto de explotar!).
3. El vibrato natural que surge debe ser estable y rítmico. Al principio, si es necesario, se puede jugar con mayor amplitud manteniendo una velocidad estrictamente rígida.
4. La presión de los labios debe ser siempre la misma en todos los rangos. Estudie mucho y encuentre una buena embocadura que pueda tocarse en todos los rangos generales del instrumento sin cambiar la embocadura ni la postura.
5. Cuando empieces a tocar, ajusta el metrónomo a una velocidad de 66 negras por minuto, con cuatro tiempos por nota. Si esto es demasiado rápido, disminuya la velocidad hasta que esté satisfecho y luego aumente gradualmente la velocidad.
6. La segunda parte de cada tonalidad puede ampliar arbitrariamente la pronunciación del primer y último sonido. No utilices vibrato natural en tresillos de semicorcheas. La boca y la garganta deben permanecer siempre en la misma posición.
7. Una vez que el pulso esté estable, intente aplanar los picos y valles del pulso.
8. Cuando el control mejore, golpee cuatro veces por tiempo y practique a varias velocidades en el rango de 66-92 tiempos por minuto.
9. Tocar negras, 2, 3, 4, 5, 6 veces por tiempo; es decir: 72 tiempos por minuto, 4 tiempos por tiempo cuando pasa a ser 96 tiempos por minuto, 3 tiempos por tiempo; tiempos de latidos; a 144 latidos por minuto, dos latidos por latido, y así sucesivamente.
Nota: Aprender el vibrato natural puede resultar molesto al principio, no sólo para el propio intérprete, ¡sino también para quienes lo rodean! Debe practicar lentamente y utilizar grandes amplitudes para, en última instancia, lograr el objetivo de un movimiento de la mandíbula suave y rítmico.