Aparecen luces y sombras inteligentes en la sencilla sala de cerámica. ¿Te gusta un viento tan tranquilo?
En la estética oriental deberíamos ver la estética minimalista de vivir en un espacio tranquilo, enfatizando la relación entre las cosas y el tiempo. Es una belleza simple y sofisticada que esconde lujo. La sencillez renace y se convierte en la encarnación de la pura belleza. A pesar de su estilo rústico, los apartamentos están equipados con comodidades modernas para garantizar un estilo de vida confortable a los residentes. Al describir una estética simple, los elementos naturales sensuales y relacionados con la naturaleza juegan un papel clave a la hora de difuminar los límites entre el interior y el exterior de la casa.
Énfasis en materiales y colores naturales, que no violan la integridad ideológica de los objetos de interior y lucen naturales y armoniosos. La madera natural, la cerámica sencilla, las luces y sombras inteligentes y los colores naturales sencillos crean un estado mental de paz y tranquilidad a través de una belleza tranquila. Electrodomésticos seleccionados y objetos únicos forman una mezcla elegante y sobria, con materiales ligeramente rugosos que encarnan la estética wabi-sabi. La luz y el espacio fluyen en un espacio tranquilo, acompañados de textiles y vasijas de cerámica, así como de diversos muebles hechos por artesanos, que describen una belleza destruida y encarnan una sensación simple, tranquila y natural.
La apreciación es irregular, asimétrica y efímera, por lo que le gustan los materiales y formas naturales: guijarros, ramas y recipientes de barro hechos a mano, todos ellos son rugosos, sencillos y únicos, lo que los hace bellos aunque su forma y textura sean no perfecto. No importa qué tipo de forma estética, ésta proviene de la fuente del alma: sin el reflejo del alma, no hay belleza. Por el contrario, todos los objetos externos también pueden aportarnos resonancia emocional.