La cuestión de la ropa
A la hora de comprar, no dejes que nadie lo toque excepto tú.
En primer lugar, para limpiar el organismo, coge un recipiente limpio y llénalo con agua fría y caliente. Póngalo en agua a las 12.00 de la noche, déjelo en remojo desde las 12.00 hasta el mediodía del día siguiente, sáquelo a tiempo, límpielo con cuidado con un paño suave y limpio y luego póngalo al sol durante 1 hora.
El siguiente paso es abrir los ojos y la boca, tomar una mezcla de agua del grifo desarraigada (lluvia, nieve), limpiarse los ojos y los dientes, luego envolverlos en un paño rojo y llevarlos consigo durante un mes (incluso por la noche) dormir debajo de la almohada).
Puedes llevártelo más tarde o recogerlo con cuidado, pero recuerda un punto importante, sólo tú puedes tocarlo.
Recuerda, cuando hagas lo anterior, eres el único presente. Lávate los ojos y deja que él te vea primero.
Si alguien que no seas tú lo toca durante el proceso de uso posterior, tendrás que ayudarlo a limpiarlo nuevamente. Será mejor que hables con él cuando esté limpio y le dejes sentir tu calor.