Una vez que un apartamento de alquiler a largo plazo explota, ¿cómo pueden los inquilinos y propietarios proteger sus propios intereses?
Si el propietario alquila la casa a una empresa operadora y permite subarrendar, la empresa forma una relación de contrato de arrendamiento con el propietario y el inquilino respectivamente, y está protegida por la ley. Para el arrendador, si la empresa operadora no paga el alquiler a tiempo, se trata de un incumplimiento de contrato y el arrendador tiene derecho a rescindir el contrato de arrendamiento inmediatamente según el contrato. Una vez rescindido el contrato, el arrendador puede exigir a la empresa operadora que devuelva los objetos arrendados y asumir la responsabilidad por el incumplimiento del contrato. Si el contrato de arrendamiento expira y el operador no lo renueva, no se considera un incumplimiento de contrato y el arrendador no tiene derecho a exigir responsabilidad.
Si la relación entre el arrendador y la empresa operadora es un contrato de encomienda, será perjudicial para el arrendador y beneficioso para el inquilino. El inquilino puede solicitar directamente al propietario que continúe ejecutando el contrato de acuerdo con las normas pertinentes. No es necesario cambiar de habitación ni pagar el alquiler por segunda vez. El arrendador sólo puede proteger sus derechos e intereses frente a la empresa operadora. Por tanto, los derechos del arrendador nunca son tan grandes como los del inquilino. Si el propietario y la empresa operadora firman un contrato de arrendamiento, será beneficioso para el propietario pero perjudicial para el inquilino. El propietario puede exigir que el inquilino se retire, etc.
Por eso, al alquilar una casa, el inquilino debe intentar encontrar al propietario y firmar un contrato con él. Sólo así podrán proteger sus derechos e intereses. Y cuando los propietarios buscan empresas operativas, deben encontrar algunas empresas legales con licencias comerciales. Sólo así podrán evitar ser engañados. Si encuentra algunas empresas fraudulentas, no solo dañará su propio dinero, sino que también dañará los intereses de los inquilinos, entonces la ganancia superará la pérdida. Por lo tanto, los propietarios deben asumir la responsabilidad y no ceder la casa a extraños de manera casual.
Tanto propietarios como inquilinos deben saber proteger sus propios derechos e intereses. Sólo así la vida podrá ser mejor.