Ese día feliz (composición de escuela secundaria 600 palabras)
Sábado 3.
Los días de la infancia son los mejores, despreocupados y relajados, pero a medida que pasa el tiempo esos bonitos recuerdos se van alejando cada vez más de mí, pero nunca serán olvidados por mí.
Cuando tenía nueve años, vivía en la misma cuadra que mi mejor amigo de la infancia. Hay muy poca tarea durante las vacaciones y todos tienen que ir a trabajar, pero en la comunidad es nuestro mundo. Todavía recuerdo que en esa época me levantaba alrededor de las 7 todos los días para desayunar. Después de cenar voy a jugar con mis amigos. A veces se levantan temprano y me llaman. Juega toda la mañana, continúa por la tarde y haz lo mismo por la noche. No quiero mencionar lo felices que fueron esos días. Aunque juego todos los días, no me aburro porque todos tienen muchos trucos y casi todo lo que juegan tiene el mismo estilo. Hoy me subí a un árbol, mañana jugué a la pelota y pasado mañana monté en bicicleta... Pero entre tantas cosas interesantes, sólo hay una que recuerdo en especial...
En aquel momento , a menudo hacíamos una cosa. Lo "bueno" es jugar con fuego. No se sorprendan, realmente era jugar con fuego, pero en lugar de prender fuego por todas partes, estábamos horneando bolas de barro. Hay muchos árboles plantados en la comunidad. En ese momento, todos los ladrillos se colocaban en círculo para plantar, pero había un pequeño orificio de drenaje. Así que ahuecamos todo el lodo cerca del orificio de drenaje, dejando solo una capa de lodo para cubrirlo, y también usamos palos de madera para perforar algunos orificios de ventilación. Todas las noches, usábamos un encendedor para encender el papel usado y las hojas caídas en los orificios de drenaje, y luego les poníamos bolas hechas de tierra con anticipación para que se secaran. Después de terminarlo, comenzamos a competir para ver quién tenía la boca más dura, quién tenía la boca más redonda y quién podía llegar más lejos... Pero en ese momento nos sorprendió bastante que la bola de barro fuera sorprendentemente dura. No sé hasta mucho después que Resulta que los adultos usaban restos de cemento...
La infancia siempre es inolvidable, ¡y tengo muchas ganas de volver a los días en los que había risas y libertad todos los días!