Bonitas frases sobre el atardecer
1. En el cálido resplandor del sol poniente, la gente trabajadora y sencilla pasó por dificultades y se quitó los pesados arados sobre sus hombros. El sol poniente les dio un santo. aureola, atrapando el cansancio de los años y la pesadez de la vida les da relajación. El sol poniente lo da todo al mundo y a la tierra, lo que da como resultado innumerables rayos de sol, hermosas montañas y ríos, montañas, ríos y pueblos pacíficos, y gente sencilla y trabajadora.
2. El sol poniente cuelga en el aire, como una placa de jade. Brilla en los rostros de las personas, y sus rostros parecen estar bañados en oro; cuando brilla sobre el agua, el río flota con oro, como si pequeñas estrellas mágicas brillaran sobre los árboles verdes, y los árboles verdes parecían; estar recubierto de aceite y lucir más verde.
3. El sol poniente arroja su última luz sobre el mundo, sobre los tejados, sobre las copas de los árboles, sobre los peatones... Su luz está en todas partes, trayendo paz y armonía a las personas. Nos dice un alegre adiós con su cara roja y sonriente. La hierba se inclinó, las flores asintieron y los apresurados peatones no pudieron evitar mirar la maravillosa puesta de sol. Eso es suficiente para el atardecer mismo. Aunque es de corta duración, ha traído belleza a este mundo y puedes irte con tranquilidad. Ya ves, es como un buceador, entra al agua con una postura ligera, ágil, tranquila y grácil, y el último rayo del atardecer lo acompaña para salir...
4. Las nubes amarillas, una tras otra, tejieron una chaqueta de color rojo dorado para el atardecer. Después de un rato, se volvió roja nuevamente, vistiendo al sol como una princesa. Mirando hacia el río, una ronda de sol poniente golpea el agua como una flecha, como innumerables peces saltando.
5. Sunset es la mejor maquilladora del mundo. Una nube colorida en el horizonte, cuidadosamente decorada por el sol poniente, brilla con el hermoso brillo del atardecer, intercalada en la página de poesía azul del cielo, convirtiéndose en un recuerdo eterno. Las hermosas montañas verdes fueron cubiertas por un velo brumoso, cambiando su antigua majestuosidad. Se acurrucaron suavemente en el abrazo de la tierra, tan silenciosas como una niña.
6. Por la noche, caminaba por la playa y me negaba a volver a casa, porque la belleza del atardecer guardaba mi corazón y me hacía demorarme.