¿Es demasiado pedir? La respuesta es no demasiado y justo. Imagínese cómo un director general que se comporta de manera vulgar e informal puede sacar a relucir excelentes empleados de un hotel. ¿Cómo puede un director general que es grosero y arrogante con sus subordinados hacer que los empleados de un hotel se sientan cómodos y entusiasmados en su trabajo y en su vida? ¿Qué impresión dejará un director general arrogante en un hotel? De hecho, los líderes con un buen sentido de servicio son los mejores ejemplos de los que los empleados pueden aprender y emular. Si tan solo todo el personal pudiera hacer esto. Nuestras sonrisas a los demás ya no serán "profesionales" sino que surgirán del corazón, de un verdadero sentimiento de bondad y servicio a los demás. La imagen de nuestro hotel será muy elogiada por el público. Nuestros empleados no sólo son excelentes profesionales hoteleros, sino también defensores y divulgadores de la civilización espiritual socialista. Lea más conocimientos relacionados y regrese a la lista de columnas de calidad del servicio.