Carlos. Santiago, de Lisboa, al servicio del rey de Siam, el 27 de septiembre de 1600 d.C.
Se trata de un libro publicado en Portugal a principios del siglo XVII, hace casi cuatrocientos años. El libro tiene poco más de cien páginas. ¿El autor es Carlos, un portugués? Santiago abandonó Europa en 1590 y visitó la India, Malaca, Java e incluso Macao, China. En 1595, se convirtió en mercenario bajo el mando del rey Mang Yingli de Myanmar y participó en la "Guerra del Elefante Blanco" entre Myanmar y Siam (ahora Tailandia). Dos años más tarde, Santiago fue capturado por el ejército siamés, se rindió al famoso emperador Naresuan, tomó un arma y abrió fuego contra su antiguo empleador.
En 1600, participó en la Expedición del Norte a Chiang Mai y fue emboscado por el ejército birmano. Todo el ejército fue aniquilado. Santiago dejó las armas y caminó solo por la selva virgen durante doce días, ganándose la vida cazando animales pequeños y comiendo frutos silvestres. En la mañana del decimotercer día, descubrió una antigua ciudad dormida. Los edificios y las calles estaban intactos, ¡pero ni siquiera se vio una figura humana!
La ciudad cuenta con enormes templos budistas, imponentes pagodas, magníficos palacios y exquisitos jardines. Debió haber sido próspero y, por supuesto, había algunos animales extraños. Santiago quedó impactado. Vagó por una ciudad vacía durante varios días y finalmente se fue arrepentido.
Pasó más de diez días viajando por la selva y milagrosamente regresó a Chiang Mai. Abordó un velero chino en Ayutthaya y regresó a Lisboa, Portugal. En 1603 escribió en latín esta guía de viaje al Sudeste Asiático, que pronto se publicó.
Li Shu permaneció en la sala de lectura durante tres horas y leyó el libro laboriosamente. ¿En un PD, Carlos? Santiago escribió esto -
"En vísperas de la publicación de este libro, tuve un sueño extraño: cuatrocientos años después, un grupo de viajeros chinos también viajó por las montañas alrededor de Chiang Mai y llegaron a Este Ciudad dormida vacía. Una de las personas que entiende latín tendrá la suerte de leer este libro. Si ese chino eres tú, acepta mi más sincera bendición. ¡Es el destino más maravilloso que nos une!