En la antigüedad, ¿qué debías hacer si te encontrabas con alguien que tenía una aventura en el camino a un banquete de bodas?
Si la silla de manos de la novia no ha visto el cortejo fúnebre, sino que sólo oye el sonido de gongs y tambores, optará por mantenerse alejada o incluso cambiar la ruta. Si ven el ataúd, dejarán de correr y lo enfrentarán, porque si la novia se escapa, algo le pasará en su vida y la relación entre suegra y nuera no será buena.
Pero cuando se encuentran, la novia dará paso al ataúd funerario y arrojará un trozo de tela roja desde el sedán para separar el camino. Cuando pasen las tropas, la novia llorará para expresar su desgracia. Luego, en ese momento, el casamentero debe decirle que su buena pareja se ha encontrado con el enemigo y será feliz en el futuro. Después de eso, la novia necesita dejar caer una gran cantidad de dinero de la silla de manos para demostrar que ha desperdiciado la mala suerte. Otros no recogerán esta cantidad de dinero, porque quien lo recoja tendrá mala suerte.
Estas son supersticiones en la antigua China. Ahora que somos una sociedad tecnológicamente avanzada, todavía tenemos que creer en la ciencia y no podemos creer plenamente en estas afirmaciones.