Después de pelearme con mi novio, me fui de viaje y ahora la pelea se ha vuelto aún más violenta. ¿Qué debo hacer?
En primer lugar, es normal viajar sin ser amable y considerado.
No es que la personalidad de esta persona haya cambiado mucho, sino que el lado malo de su personalidad se revela al enfrentarse a situaciones desconocidas e insatisfactorias. Si viaja solo, es posible que se sienta menos estresado psicológicamente. Si no lo hace usted mismo, no lo haga. Nadie se culpa a sí mismo.
La ternura y consideración anteriores no son necesariamente un disfraz. Debería ser un estado de personalidad normal en una vida estable. La vida no tiene altibajos, ni cambios. Ser gentil y considerado es algo que puedes mantener sin hacer mucho esfuerzo. Mucha gente elegirá este método, por lo que no hay necesidad de dudarlo. Cuando la mayoría de las personas enfrentan reveses y dificultades, su estado de personalidad es pacífico, a menudo mucho peor. Si siempre utilizas el límite superior como criterio, al final sólo estarás triste.
En segundo lugar, el proceso de viajar es en realidad un proceso de adaptación constante. Algunas acciones sutiles durante el viaje pueden revelar las diversas opiniones y cualidades generales de una persona. Por ejemplo, la actitud hacia el camarero en el restaurante y la actitud hacia el recepcionista cuando hace cola para registrarse en el hotel pueden reflejar la situación básica de una persona. Existen diferencias en la planificación y organización de los itinerarios de viaje, y la forma en que dos personas se comunican también puede entenderse bien.
En tercer lugar, este es el lado real.
Estar con una persona en el camino significa que verás todo el estado de la otra persona. Cuando estás cansado, los defectos de la otra persona no se pueden ocultar e incluso muchos detalles se magnificarán. Reexaminemos esta relación racionalmente.
Viajar es un arma de doble filo. Para algunas parejas, su relación se fermenta y calienta a través de los viajes, y entran juntos al palacio del matrimonio. Para otros, viajar se convierte en un "amplificador" de las deficiencias de los demás y luego se van volando.