Para calcular el costo del viaje de ida, no se puede simplemente usar la multiplicación y la división. Actualmente no existen datos precisos, ni datos oficiales, sobre el consumo de los ciudadanos chinos en el exterior. En los últimos años, la Organización Mundial del Turismo (OMT) ha anunciado continuamente la situación del consumo turístico de China como país emisor de turistas emisores, pero se desconoce a través de qué canales o métodos. Según datos publicados por la Organización Mundial del Turismo en septiembre de 2003, el gasto turístico emisor de China aumentó de 654,38 dólares EE.UU. + 36,5 millones de dólares EE.UU. en 2000 a 654,38 dólares EE.UU. + 54 millones de dólares EE.UU. en 2002. En la actualidad, algunos informes de investigación simplemente multiplican la cantidad de divisas que el país permite a los ciudadanos llevar consigo por el número de personas que abandonan el país ese año para calcular el costo de los viajes al extranjero para los ciudadanos chinos. Obviamente, esto es demasiado simplista. Como país en desarrollo, es indudable que es correcto confiar en las ventajas de los recursos turísticos para desarrollar el turismo y al mismo tiempo hacer hincapié en el turismo receptor y ampliar continuamente los ingresos en divisas procedentes del turismo. Sin embargo, cabe señalar que la situación económica de China ha experimentado enormes cambios en los últimos 20 años; años, la situación de la balanza de pagos internacional de China también es muy diferente a la de antes de la reforma y la apertura y a la del comienzo de la reforma y la apertura. Las reservas nacionales de divisas de China han aumentado significativamente y la situación de escasez de divisas ha cambiado fundamentalmente.
El flujo de divisas privadas sólo puede guiarse y no puede restringirse demasiado. No parece haber nada inusual en que los ciudadanos gasten divisas obtenidas de canales legítimos en el extranjero. En cuanto a los ingresos en divisas de algunas personas provenientes de fuentes desconocidas o indebidas, o las actividades ilegales de "lavado de dinero" mediante viajes al extranjero, debería ser otra cuestión. Establecer más umbrales para impedir que los ciudadanos gasten sus divisas va en realidad en contra del principio de justicia social. En cuanto a la afirmación de que "el costo del turismo emisor ha provocado la fuga de la demanda interna", aunque es comprensible desde una perspectiva "patriótica", obviamente confunde el concepto porque el turismo emisor y el turismo interno no pueden reemplazarse completamente entre sí. Incluso si el país restringe completamente el consumo turístico emisor nacional, el consumo turístico nacional no puede ser la suma del consumo turístico emisor existente y el consumo turístico interno. Aunque en la balanza de pagos el consumo nacional en el extranjero se cuenta como "fuga de divisas", esta fuga es normal, razonable e inevitable.