¿Por qué siempre eres tan feo cuando la gente te toma fotos?
Hay un tema candente: tomarte selfies y otros tomarte fotos. Muchas chicas hermosas se quejan de las fotos que nos tomaron en esos años. Obviamente es un paje de belleza tranquilo, pero en otra escena se convierte en un transeúnte sencillo y tranquilo. Obviamente ama a O2O, pero en la otra escena es un niño de diez años con bolsas debajo de los dientes frontales. Era claramente un tirano bohemio y amante de la libertad, pero se volvió espeluznante, con papada y ojos en blanco. Su expresión era extremadamente extraña. Sólo tenía que preguntar por qué no estaba en el cielo.
¡Bienvenido a la dolorosa experiencia anterior!
El efecto de exposición también se llama efecto de perspectiva múltiple. Significa que cuanto más aparece algo y más lo vemos, más tendemos a familiarizarnos con él. La psicología social también llama a este efecto la "ley de la familiaridad".
En la vida, muchas veces nos miramos al espejo y entendemos nuestra apariencia y nuestra apariencia a través del espejo. La cámara frontal de un teléfono móvil es como un espejo, y las imágenes captadas son similares a las que solemos ver en el espejo. Ya estamos familiarizados con los reflejos en los espejos, por eso preferimos las fotos con la cámara frontal.
Algunos usan cámaras traseras y las fotografías tomadas son exactamente lo opuesto a las imágenes frontales. Aunque esto no es lo que usted conoce, es cómo lo ven los demás. Por eso a veces nos quejamos de que somos feos en las fotos grupales, pero otras piensan que es normal.
El economista conductual estadounidense Dan Ariely descubrió que cuanto más trabajo y emoción se invierte, más fácil es sobreestimar el valor de los bienes. A este fenómeno lo llama "efecto IKEA".
Por ejemplo, si te mudas a una casa nueva y la reformas con tu estilo favorito, ¿te gustará más y te adaptarás a este nuevo entorno? Ya sea que alquiles una casa o vivas en un dormitorio, arreglar mesas, sillas, camas, papeles pintados, colocar objetos pequeños y montar muebles te hará sentir más como en casa. Este es el efecto IKEA.
Debido a la unidad del fotógrafo y el sujeto, las personas pueden dar rienda suelta a su autonomía y el valor de los selfies aumenta. Esto no sólo satisface la necesidad de autovaloración sino que también mejora la identidad propia. Especialmente cuando los demás elogian las selfies, el grado de identidad propia se profundizará aún más y las personas sentirán experiencias emocionales felices y positivas, fortaleciendo así el comportamiento de las selfies.
Además, los píxeles de la cámara frontal son más bajos que los de la cámara trasera, y la claridad también se reduce, lo que debilitará los defectos del rostro humano. Algunas herramientas de belleza pueden magnificar los puntos buenos y difuminar los defectos, haciendo que quienes se toman selfies tengan más confianza en sus habilidades fotográficas y su encanto personal.