Maestro, quiero decirle 200 palabras.
Maestro, eres tú quien me guió al océano del conocimiento, eres tú quien usó tu duro sudor para nutrir las tiernas plántulas que acaban de surgir en primavera. Tu cuidado es como una cálida brisa primaveral que calienta nuestros corazones.
Tú eres el hermoso sol en el cielo, y nosotros somos la hermosa hierba bajo tierra. Eres un trozo de vela blanca, nosotros somos un barco que avanza. La ventana es más brillante a medianoche, el camino es más temprano en la mañana y el podio de un metro es el más hermoso. Este eres tú, mi maestro favorito. En este hermoso mes de septiembre, comienzan sus vacaciones. Le digo sinceramente: Maestro, usted ha trabajado duro y le recompensaremos con excelentes resultados. Le deseo unas felices vacaciones.
Dos: Maestro, quiero decírselo.
Maestro, eres un jardinero trabajador, que nos nutre para prosperar; eres un ingeniero del alma, que moldea nuestros nobles corazones; maestro, eres como una vela, que te quemas, iluminando nuestro camino.
¡Maestro! Has puesto mucho esfuerzo en nosotros, no solo enseñándonos conocimientos, sino también enseñándonos los principios de la vida. Maestra, usted es la maestra encantadora y respetable en mi corazón.
Maestra, quiero decirte que no sólo eres mi estricta maestra, sino también mi amorosa madre. Definitivamente estaré a la altura de tus expectativas, estudiaré mucho, te recompensaré con acciones prácticas y dejaré que una sonrisa feliz florezca en tu rostro para siempre.