¿Por qué la gente es reacia a alquilar casas a mujeres embarazadas?
Primero: las mujeres embarazadas pueden molestar a sus vecinos.
En primer lugar, las mujeres presentan mayores cambios de humor durante el embarazo. Si a menudo pierde los estribos o se pelea con su marido durante el embarazo, esto afectará a sus vecinos. Además, la rutina diaria de las mujeres embarazadas también es diferente a la de las personas normales. Puede que tenga hambre en mitad de la noche, o puede que se levante y vomite en mitad de la noche. Hará algún ruido arriba y abajo, lo que afectará al descanso de los vecinos cercanos y podrá provocar quejas.
Segundo: Por motivos de seguridad.
Se puede decir que las mujeres embarazadas son los objetivos clave de protección durante el embarazo, pero pueden encontrarse con situaciones inesperadas en casa, como luchas o caídas. Incluso si no tiene nada que ver con el propietario, si se encuentran con familiares poco razonables, es probable que culpen a la casa y piensen que la decoración o el diseño de la casa afecta la seguridad de las mujeres embarazadas. Si bien la probabilidad de que esto suceda es baja, no es imposible.
El cartel tiene mucho miedo a este tipo de disputas, aunque no tengan nada que ver con él, con el tiempo puede acabar perdiendo mucho dinero. Además, la casa no se puede alquilar durante los días difíciles. Si se exponen disputas o accidentes, puede resultar difícil seguir alquilando la casa en el futuro. Por lo tanto, los propietarios no están dispuestos a alquilar sus casas a mujeres embarazadas para evitar encontrarse con tal situación.
Tercero: Las mujeres embarazadas necesitan cuidados especiales, lo que supone un desperdicio de energía.
Aunque la casa se alquila a mujeres embarazadas, las mujeres embarazadas siguen siendo un grupo de alto riesgo y requieren una atención especial. Es necesario realizar controles frecuentes y, al mismo tiempo, es necesario conocer el período de embarazo de la embarazada para evitar la situación en la que la embarazada no tenga a nadie que la ayude en casa. Por tanto, aunque el propietario le alquila la casa a una mujer embarazada, todavía tiene que preocuparse por ella. Al principio simplemente alquilaba la casa para cobrar el alquiler. Como resultado, tuvo que gastar mucha energía prestando atención a la condición de las mujeres embarazadas, lo cual era muy antieconómico.