Una niña de 1996 años, su familia sigue instándola a casarse y ella está como loca buscando una solución.
En primer lugar, lo que necesitas saber es que tu propia vida la debes decidir tú mismo, no los demás. Casarse es tu elección, no la de tu madre. Si no quieres casarte, entonces debes tener una buena conversación con tu madre, hacerle saber lo que piensas y decirle que lo que necesitas es apoyo y comprensión, no presión e insistencia. Puedes explicarle tus ideas y planes para que comprenda tu punto de vista.
En segundo lugar, puedes considerar comunicarte con tu familia para ver qué piensan sobre tus puntos de vista sobre el matrimonio y escuchar sus sugerencias, pero la decisión final la debes tomar tú mismo. Si tu madre es muy testaruda, puedes buscar otros familiares, amigos, consejeros psicológicos, etc. que te ayuden a comunicarte con tu familia para resolver los conflictos entre vosotros.
Por último, puedes intentar encontrar tus propios pasatiempos e intereses, desarrollar tus propias habilidades para la vida y el trabajo y no poner toda tu energía en el matrimonio. Tu madre estará orgullosa de que te vaya bien en lugar de presionarte para que te cases. Alternativamente, también puedes intentar encontrar una pareja con ideas afines, pero no te apresures, desarrolla y comprende lentamente y tómate el tiempo y el espacio suficiente para tomar la mejor decisión.