Días desagradables y auspiciosos
Ella y yo somos antiguos alumnos de la universidad y nos conocimos en la biblioteca. Cuando la conocí por primera vez, me atrajo su belleza, así que me armé de valor y decidí confesarle mi amor. Me siento muy afortunado. La primera confesión fue exitosa y ella no me rechazó. A partir de ahí nos enamoramos. Estar con ella es realmente una bendición. Creo que es una chica muy agradable y muy razonable.
Sin embargo, los buenos momentos no duraron mucho y no salí de la felicidad. La realidad me dio un duro golpe. Muchos chicos la persiguen. Siempre sentí que ella no era el tipo de chica que flaquearía por el dinero, pero nunca pensé que su juicio estuviera equivocado. Ella me abandonó y eligió estar con un joven rico. No importa cuánto le supliqué, ella todavía me dejó. Me sentí muy triste en ese momento.
Siempre he pensado que el amor es muy sencillo. Dos personas que se aman no se separarán por culpa del dinero. Sin embargo, ella es tan desalmada. Resulta que en su corazón el dinero no es importante para mí. Realmente no quiero recordar mi relación con ella porque estoy lleno de odio. Odio que ella sea demasiado realista y odio que yo no tenga dinero ni capacidad. Si tengo dinero, por mucho que intervengan los demás, no nos separarán. La realidad es siempre tan cruel.