Cómo ser un buen guía infantil
1. Mantener una buena actitud.
En el proceso de guiar a los niños, es inevitable encontrarse con niños demasiado traviesos o padres muy exigentes. No podemos mostrar el más mínimo atisbo de impaciencia o irritabilidad en esta situación. Debemos tener una buena actitud para solucionar estos problemas. Tu mentalidad determinará hasta dónde puedes llegar en este camino.
2. Un corazón de niño.
Como guías infantiles, tenemos que tratar con niños con frecuencia, por lo que esto requiere que tengamos una inocencia infantil, que nos guste jugar con niños y que nos imaginemos como amigos de su edad.
3. Tener ciertos conocimientos profesionales.
La profesión de guía turístico infantil no significa que puedas hacerlo bien sólo porque te guste jugar con los niños. También necesitamos tener ciertos conocimientos profesionales, por ejemplo, ¿cómo sostener a los niños más pequeños?, ¿qué les gusta jugar o escuchar a los niños de cada edad? Cómo cooperar con el fotógrafo para tomar fotografías; cómo elegir la ropa de los niños, cómo ponérsela, etc. Sólo con este conocimiento profesional podrás convertirte en un excelente guía turístico para niños.
4. Aprende a sonreír.
Como dice el refrán, “no se te ven los dedos”, no importa cuándo y dónde, mientras tengas una sonrisa sincera en tu rostro, muchas cosas se solucionarán. No hay nada malo en sonreír.
5. Siempre anteponga la seguridad de su hijo.
Esto es lo que deben hacer todos los guías turísticos infantiles. La seguridad de su hijo debe ser la primera prioridad y usted debe prestar atención a la seguridad de su hijo cuando y donde quiera que vaya.
Por ejemplo, al fotografiar a un niño de un mes o de cien años, hay que tener cuidado de no dejar que el niño se caiga.