La influencia del cristianismo en la literatura occidental
La manifestación más obvia de la cultura cristiana en la literatura es que el espíritu religioso cristiano es el concepto central de la literatura occidental. Los escritores a menudo interpretan sus pensamientos religiosos cristianos a través de la imagen metafórica de Cristo en sus obras, y utilizan la misma. Espíritu cristiano para juzgar la sociedad mundial secular. Esto promovió enormemente la difusión de la cultura cristiana. A través de una delicada representación psicológica, Hawthorne construyó una estructura narrativa que va desde el pecado original hasta la confesión y la redención, colocando a Hester y Demestie en una situación insoportable y analizando sus almas. El marco estructural de “La letra escarlata” comienza con la degradación moral del héroe y la heroína, y a través de arduas experiencias espirituales, llega a la liberación final, la sublimación de la naturaleza humana y la tranquilidad en el bautismo de la religión. El tema de la novela es describir cómo dos pecadores avanzan hacia el renacimiento de sus almas. Hawthorne eligió una perspectiva diferente para explorar las cuestiones de la moralidad y el bien y el mal. Disolvió los pasajes de la Biblia que están llenos del espíritu inspirador de Dios en toda la historia, convirtiéndolos en un nuevo componente, integrando el prototipo cultural abstracto del "pecado original" en la revelación de cuestiones sociales específicas. En "Los Miserables", Jean Valjean, un preso que pasó 19 años en prisión, irrumpió accidentalmente en la casa del obispo Bienjou y fue recibido calurosamente. Antes de irse, le robó un juego de cubiertos al obispo, pero en lugar de investigar, el obispo le regaló un par de candelabros de plata. Le dijo a Jean Valjean: "Hermano mío, redimí tu alma, la salvé de pensamientos oscuros y de un espíritu de humillación. Hugo encarna verdaderamente el amor y la tolerancia en la cultura cristiana, que son los más grandes aquí. El concepto de poder salvador.
Al escribir, los escritores integran intencionalmente la moraleja de las historias bíblicas en las tramas y personajes de sus obras, a menudo expresándolas e interpretándolas en forma de alusiones, lo que enriquece la expresión. a ellos.