Las lágrimas de los ángeles balbucean la leyenda del pueblo.
Se dice que hace mucho tiempo, en Street Fighter Village vivían un par de gemelos. Sus nombres son Aqiang y Ajie. Aqiang es considerado e inteligente, mientras que Ajie es un poco aburrido pero de buen corazón. Dos hermanos viven juntos en una familia pobre.
Un día, un hermoso y misterioso ángel apareció en su casa. Ella les dijo a los hermanos que sus esfuerzos y su amabilidad la conmovieron y decidió ayudarlos a realizar un deseo. Aqiang espera tener una riqueza infinita, mientras que Ajie espera que su aldea pueda deshacerse de la pobreza y el atraso.
El ángel accedió al deseo de Ajie, pero condenó la codicia de Aqiang. Ella dijo: "La codicia es el mayor enemigo de la humanidad, y la riqueza excesiva sólo traerá dolor y desastre". Luego, le dio a Ajie un tesoro mágico: una hierba mágica que puede curar cualquier enfermedad y herida.
Sin embargo, Aqiang hizo oídos sordos a las palabras del ángel. Sólo pensó en cómo conseguir más riqueza. Entonces el ángel derramó lágrimas de tristeza y le dijo a Aqiang: "Tu codicia te castigará a ti y a tu pueblo". Después de eso, ella desapareció.
A partir de ese día, la gente de Jieba Village comenzó a volverse cada vez más codiciosa y egoísta. Ya no se preocupan el uno por el otro, ya no hacen trampa ni compiten por dinero. Aqiang también se volvió despiadado y perdió a todos sus amigos y familiares debido a su búsqueda excesiva de riqueza.
Ajie sintió mucho dolor al ver pasar todo esto. Entiende la profecía del ángel y decide utilizar hierbas mágicas para salvar a sus aldeanos. Comenzó a enseñar a los aldeanos sobre medicina herbaria, diciéndoles cómo usarlas para curar enfermedades y eliminar heridas, y cómo deshacerse de la codicia y el egoísmo mediante el compartir y el cuidado.
Después de un período de arduo trabajo, la gente de Jieba Village finalmente se dio cuenta de su error. Comienzan a cambiar su comportamiento y reconstruir la confianza y las amistades. Después de perderlo todo, Aqiang finalmente entendió las enseñanzas del ángel y comenzó a reflexionar sobre su codicia y egoísmo.
En este proceso, Ajie y Aqiang crecieron juntos. Aprenden a apreciar a sus familiares y amigos y comprenden que la verdadera felicidad no proviene del dinero, sino del amor, el compartir y el trabajo duro. Al final, llevaron a la gente de Jieba Village a vivir una vida feliz.
Esta historia nos dice que la codicia y el egoísmo solo traerán dolor y desastre, y que cuidar y compartir son las claves de la felicidad. Apreciemos a las personas y las cosas que nos rodean y calentemos el mundo de los demás con amor.