Cómo utilizar la luz ocular
Los efectos de las distintas lámparas oculares varían mucho. La pequeña luz brillante es agradable, el amplio rango de luz es muy suave y los ojos no brillantes son como un charco profundo. El fotógrafo británico Gordon. Anderson señala que para tomar buenos retratos, debemos considerar la luz que recibe nuestros ojos antes de presionar el botón del obturador. Pídale al sujeto que levante ligeramente la cabeza o reorganice la fuente de luz para determinar si hay algún discernimiento. La luz en los ojos debe estar equilibrada. No debe haber luz en un ojo ni en el otro. Es necesario comprobar que la fuente de luz que produce la luz ocular esté situada delante de la cara del sujeto lo suficiente como para iluminar sus ojos sin que la sombra de su nariz la bloquee. Si la cabeza está girada hacia un lado, lo ideal es que la fuente de luz del ojo también gire. La posición de la fuente de luz no puede ser demasiado alta, de lo contrario los dos ojos no estarán en la misma línea horizontal y es posible que un ojo no esté iluminado.
La fuente de luz utilizada como lámpara ocular no necesita ser muy potente, pero sí debe estar coordinada con el entorno. Anderson cree que, personalmente, preferiría elegir la luz natural como fuente de luz para sus ojos. En el interior, es mejor intentar crear luz para los ojos con la luz de una ventana situada encima de los hombros, incluso si no es la fuente de luz principal. En exteriores, utilizar un reflector es mucho más natural que un flash de relleno, especialmente al tomar fotografías en primer plano. También trate de evitar el reflejo de los ojos blancos en la fuente de luz principal, que solo puede emitir una luz blanca insípida y hacer que los ojos de las personas pierdan el equilibrio.