Diario de la bandera de la ciudad de Taiyuan
Hoy, el sol brilla intensamente y, aunque la brisa primaveral todavía es un poco fría, los estudiantes están muy interesados. Todos hablaban, reían y bailaban... "¡Vayan a la excursión de primavera, vayan a la excursión de primavera!" Finalmente, esperábamos con ansias este emocionante momento de estar cerca de la naturaleza.
A las 8:30 salimos en coche y nuestro destino era la feria. ¡Todos los estudiantes estaban deseando pasar un buen rato! Después de un rato, llegamos al Parque Industrial de Alimentos de Fudan. Tan pronto como entramos, olimos los filetes de pescado. "¡Bueno, huele tan bien!", Dijeron los estudiantes al unísono. Al volver a entrar, ¡hay muchas rodajas de calamar alineadas para secarse! Verás, se me hace la boca agua. Este plato de Fudan es un plato turístico en Zhoushan. ¿No hay anuncios? Viaja a Zhoushan y trae delicias de Fudan.
Después de un rato, llegamos al lugar del picnic. Había varias estufas con ollas encima y una mesa al lado. Encontramos un lugar y nos pusimos a trabajar. Trabajamos juntos. Yo era responsable de recoger leña, Wu era responsable de cocinar y la madre de Weng también vino a ayudar. "¡Rápido, sal!" "¡Sí, unas cebolletas!" Todos teníamos prisa, pero ese movimiento nos sumó mucha felicidad.
Al cabo de un rato, los deliciosos platos estaban cocinados y los comíamos con ilusión. En cuestión de minutos los habíamos devorado a todos. Oh, la mirada de devorar comida es realmente como la de un pequeño bandido bajando de la montaña.
Luego llegamos al Salón de los Cinco Artesanos. Tan pronto como ingrese al Salón de los Cinco Artesanos, sentirá una atmósfera antigua. Las figuras de cera en el interior son casi exactamente como personas reales. Los barqueros, los carpinteros y los cementeros estaban todos absortos en su trabajo, ¡absolutamente!
Luego llegué a la granja paraíso, donde había muchos juegos: conducir el carro del ganado, frotar la cuerda de hierba, empujar la carretilla... Lo que más me gusta es empujar la carretilla. Tiene una sola rueda. Pensé que era muy simple, pero cuando lo presioné, ¡no escuchaba y seguía retorciendo el trasero! ¡Estaba tan ansiosa que me sudaban las manos! ¡Bueno! Perdí la batalla. ¡Qué alegría vernos así!
¡Los buenos tiempos han pasado y nos volvimos a casa felices!