Precauciones para que las madres embarazadas respeten los términos solares de verano
Para garantizar la nutrición de la madre y el feto, las mujeres embarazadas deben elegir alimentos frescos y diversos en verano. Coma más verduras frescas con moderación y, a menudo, coma sopa hecha con pollo desmenuzado, carne de cerdo desmenuzada, huevo, algas y hongos shiitake. Es importante complementar la nutrición en verano, pero no exagerar, para no dificultar el parto del bebé.
2. Organiza tu dieta de forma razonable
Las mujeres embarazadas también deben organizar su dieta de forma razonable en verano, evitar los alimentos ricos en azúcar y comer con frecuencia comidas pequeñas, verduras y alimentos ricos en fibra. Lo mejor es añadir fruta entre comidas, no más de 200 gramos al día. A la hora de elegir frutas, trate de elegir frutas con menor contenido de azúcar o utilice verduras en su lugar, como tomates, pepinos, etc.
Las mujeres embarazadas no deben comer frutas con alto contenido de azúcar como la sandía de forma indefinida en verano. Lo mejor es ir al hospital con regularidad para realizarse pruebas de azúcar en la sangre a las 18 semanas de embarazo y a las 32 semanas de embarazo, y acudir a la clínica de consulta de nutrición obstétrica para una consulta de nutrición de manera oportuna.
3. Comer cada vez más.
Comer más frutas y verduras está relacionado con el calor y muchas mujeres embarazadas sufrirán pérdida de apetito. Por ello, la alimentación en verano debe ser ligera y realizar comidas pequeñas con frecuencia. Asegurar la ingesta de proteínas de alta calidad como huevos, pescado y pollo. Todos los días, con carne y verduras.
Para prevenir el estreñimiento, las mujeres embarazadas deben beber más agua, comer más verduras, frutas y productos de soja frescos, y no deben consumir demasiadas bebidas frías para evitar dañar el bazo y el estómago. Para las mujeres embarazadas, la leche, la leche de soja, los jugos caseros de frutas y verduras, el té de limón y el tofu son muy buenos alimentos.