¿Qué hace el director geográfico de un hotel?
El trabajo de este puesto parece sencillo, pero en realidad es mucho más duro que el de un camarero. El camarero sólo necesita tener dotes comunicativas, se le añade fuerza física y memoria. Su fuerza física se refleja en el hecho de que no sólo tienen que contar los muebles necesarios antes de las comidas y trasladarlos al restaurante todos los días, sino que también realizan la tarea de subir corriendo las escaleras con los platos en las manos cuando el negocio está lleno y la capacidad del elevador de alimentos no es suficiente. Incluso en un restaurante relativamente pequeño, no es necesario subir corriendo las escaleras, pero es una prueba de aptitud física pasar los platos a los invitados lo más rápido posible y luego regresar rápidamente a la cocina. La memoria se refleja en su capacidad para identificar cada plato en un instante y relacionar con precisión el plato con la salsa (salsa). Por ejemplo, el sashimi se debe preparar con wasabi verde japonés, las gambas frescas se deben lavar con té de limón y las palomas se deben preparar con pasta de frijol Ishiguro mezclada con sal de Huai.
La comunicación entre supervisores y chefs también es importante. Puede transmitir rápidamente toda la información a los invitados sobre los platos que están probando en el primer momento, lo que permite a los chefs comprender las fortalezas y debilidades de los invitados, especialmente a los chefs bajo su mando. El supervisor también tiene un derecho especial: la degustación. Cuando existen dudas sobre la calidad de los platos servidos, la degustación es el medio de inspección más directo y eficaz, minimizando así la posibilidad de que los clientes devuelvan sus platos.