Red de conocimientos turísticos - Curso de fotografía - Para Baidu Cloud de The Golden Compass, hay subtítulos, gracias.

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Un día de 1872, en un hotel de California, Estados Unidos, Stanford y Cohen sostuvieron una acalorada discusión: ¿los caballos siempre tocan el suelo cuando corren? Stanford creía que los cascos de un caballo que corre están vacíos en el momento de saltar; Cohen, en cambio, creía que el caballo siempre toca el suelo cuando corre. El resultado de la discusión fue que nadie pudo convencer a nadie, por lo que recurrieron al método habitual de apuestas. Le pidieron a un excelente entrenador de caballos que juzgara, pero al árbitro le resultó difícil decidir quién tenía razón y quién no. Esto es normal, porque es realmente difícil ver con el ojo humano cómo se mueven los cascos de un caballo que corre rápido.

Cuando el amigo del árbitro, Edward Muybridge, se enteró del incidente, dijo que podía intentarlo. Colocó 24 cámaras en sucesión a un lado de la pista, con sus lentes apuntando a la pista. Al otro lado de la pista, chocó contra 24 pilotes de madera, cada uno con una cuerda atada. Las líneas se extendieron a lo largo de la pista y se ataron a las contraventanas de cada cámara en el lado opuesto.

Cuando todo estuvo listo, McBride trajo un precioso caballo y lo dejó correr de un extremo a otro de la pista. Cuando el caballo corre por esta área, los 24 postes se disparan en secuencia y los obturadores de 24 cámaras se abren en secuencia para tomar 24 fotografías. McBride cortó las fotografías en secuencia. Hay poca diferencia en el movimiento entre cada dos fotografías adyacentes y forman una franja fotográfica coherente. Según este conjunto de fotografías, el árbitro finalmente vio que cuando el caballo corría, siempre había un casco en el suelo y no volaba, por lo que Cohen ganó. Lógicamente la historia debería terminar aquí, pero esta apuesta y su peculiar método de valoración han despertado un gran interés. Una y otra vez McBride mostró a la gente cintas fotográficas con imágenes de caballos al galope. Una vez, alguien inconscientemente tiró rápidamente de la cinta fotográfica y apareció una escena extraña frente a ellos: el caballo estacionario en cada foto estaba apilado en un caballo en movimiento, ¡y estaba "vivo"!