¿Hay muchos jóvenes que alquilan casas ahora?
Alquilar es más cómodo y asequible. Ante unos precios de la vivienda tan elevados, la mayoría de los jóvenes prefieren alquilar. En primer lugar, alquilar una casa les da más libertad y está en consonancia con la naturaleza de los jóvenes contemporáneos. Además, el mercado de alquiler actual es rico en oferta y puede satisfacer las necesidades de diferentes niveles de ingresos. Para los jóvenes que trabajan en ciudades de primer nivel, la presión de alquilar una casa es mucho menor que la de comprarla. Comprar una casa en una ciudad de primer nivel cuesta millones. La mayoría de los jóvenes nacidos en las décadas de 1990 y 2000 tienen sólo 30 años y es difícil ahorrar tanto en un corto período de tiempo. En lugar de gastar tanto dinero en comprar un apartamento, es mejor utilizar el dinero para alquilar una casa mejor. En estas ciudades de primer nivel, el costo de por vida de alquilar una casa es mucho menor que el costo de comprarla. Además, muchos jóvenes tienen una alta movilidad laboral y es posible que necesiten irse a otra ciudad después de trabajar durante algunos años. Si alquilan una casa, no tendrán tantos problemas. Sólo necesitan llegar a un acuerdo con el arrendador para rescindir el contrato de arrendamiento. Si compras una casa, debes considerar si venderla o no, lo cual es mucho más problemático que alquilar una casa.
El alquiler también requiere precaución. Aunque el alquiler puede solucionar ciertos problemas de vivienda, también conlleva algunas preocupaciones. Para los inquilinos, mudarse es más problemático. Si se trata de un alquiler privado, en ocasiones el propietario le pedirá al inquilino que se vaya por sus propios motivos, lo que provocará grandes molestias al inquilino. A veces los propietarios aumentan los precios arbitrariamente porque los inquilinos son la parte más débil. Además, la tormenta eléctrica que azotó los apartamentos de alquiler de larga duración el año pasado también hizo sonar la alarma para todos. Nuestra agencia de alquiler aparentemente confiable a veces esconde enormes trampas debajo.