Cinco personas se juntaron en Hunan, lo que provocó la muerte de dos personas. ¿Quién crees que es más responsable?
Recientemente, una noticia llamó la atención de los internautas. Cinco personas hicieron rafting juntas en Hunan y dos de ellas murieron. Algunos internautas preguntaron, ¿quién es más responsable de este asunto? En este asunto, el propio fallecido fue más responsable, pues cuando derivaron hasta el final, se quitaron los chalecos salvavidas y se lanzaron a nadar, provocándole la muerte. No fue una muerte provocada por un accidente durante el rafting y una caída al agua.
El rafting es una actividad recreativa muy popular entre los jóvenes recientemente. Cualquiera que haya jugado a este juego sabe que esta actividad es realmente peligrosa, porque la corriente es relativamente rápida durante el rafting, por lo que todos deben usar un chaleco salvavidas. cuando estés en un kayak para evitar accidentes. Por supuesto, esta instalación de entretenimiento también tiene ciertas medidas de protección, y básicamente no habrá grandes problemas, siempre y cuando puedas cumplir con algunas reglas para visitar el lugar pintoresco.
En cuanto a por qué digo que el muerto es más responsable, es porque no cumplió con las reglas del lugar escénico y se quitó el chaleco salvavidas que todos deben usar sin autorización, y luego se fue. nadar en el mar. Eso llevó a su muerte definitiva. Si cayera al agua y muriera debido a factores de fuerza mayor mientras hacía rafting, entonces la responsabilidad del lugar escénico sería relativamente grande, pero este no es el caso. Hay muchas personas que piensan que saben nadar y por tanto no le temen a los ríos. En este caso optarán por nadar o hacer algo sin llevar chaleco salvavidas.
Pero esto es muy peligroso. Según las encuestas, la mayoría de las personas que se ahogan cada año saben nadar. Por lo tanto, aunque sepas nadar, debes tener cierto grado de asombro ante la corriente y tratar de tomar medidas de protección y seguridad. No creas que por ser buen nadador no tienes miedo de nada. Los dos turistas que murieron no respetaban el flujo de agua, por lo que pensaron que podían quitarse los chalecos salvavidas y regresar nadando con seguridad. Y una vez que esta ilusión ocurre y se pone en práctica, el precio que se paga es la vida.