Red de conocimientos turísticos - Pronóstico del tiempo - Es un día propicio para que los hombres entren a la sala de partos.

Es un día propicio para que los hombres entren a la sala de partos.

Había muchas razones por las que las mujeres en la antigüedad no permitían que los hombres entraran a la sala de partos cuando daban a luz, pero la razón principal era la superstición feudal.

En la antigüedad, los hombres eran la columna vertebral de una familia numerosa. En la antigüedad, creían que cualquier cosa que viera sangre no era algo bueno y que la sangre traería mala suerte. Por ejemplo, ¿hay un dicho sobre la adivinación supersticiosa? ¿Maldito desastre? Esto representa un gran no-no. Cuando las mujeres embarazadas dan a luz, inevitablemente experimentarán un sangrado abundante. Los antiguos creían que si el dueño veía esto, sería un mal augurio para toda la familia. Piensan que afectará el destino de una familia. Incluso en la antigüedad, debido a la altísima tasa de mortalidad de las mujeres al dar a luz, era fácil que tanto la madre como el niño murieran. Por lo tanto, en la antigüedad, las mujeres eran consideradas inmundas cuando daban a luz a sus hijos, y la ropa y los pantalones de las mujeres se consideraban inmundos. No sólo eso, los hombres adultos generalmente tienen prohibido acercarse a mujeres embarazadas. Creen que estar cerca del olor a sangre de una mujer embarazada arruinará la buena suerte de un hombre. Por eso, algunas familias exigentes regalan a las mujeres embarazadas un cobertizo delante de una tumba o al borde de la carretera como simple sala de partos. O llevan a mujeres embarazadas a los templos para que den a luz porque creen que el aura de los templos puede suprimir la mala suerte en el parto. Además, las mujeres de la antigüedad estaban muy preocupadas por su propia imagen, especialmente las de familias numerosas, y estaban aún más preocupadas por su imagen en la mente de sus maridos. Durante el parto, debido a que el dolor es insoportable, inevitablemente parecerá indecente. Naturalmente, las mujeres no están dispuestas a dejar que sus maridos entren a la sala de partos para observar el proceso del parto. Parte de la razón es que la tecnología médica antigua estaba atrasada. Aunque en aquella época no tenían el concepto de bacteria, sabían que cuando una mujer daba a luz, cuantas menos personas presentes, mejor. Muchos pueden provocar diversas infecciones que ponen en mayor riesgo a una mujer embarazada moribunda.