¿Qué es un contrato de derivados?
Según la definición de la industria financiera, los derivados financieros son contratos bilaterales entre comerciantes para intercambiar flujos de efectivo o transferir riesgos. Otorgan al tenedor alguna obligación o derecho a comprar o vender un activo financiero, cuyo valor está determinado por el precio del activo financiero con el que negocian, y normalmente incluyen contratos de futuros, contratos de opciones, contratos a término y acuerdos de swap.
Los contratos de derivados generalmente se definen como contratos privados derivados de algunos activos subyacentes, tasas de interés e índices, como acciones, bonos o materias primas. El ejemplo más simple es un contrato a plazo de divisas. Este tipo de contrato a plazo de divisas es un contrato de compromiso para comprar una determinada cantidad de divisas a un precio determinado en una fecha determinada en el futuro. Inicialmente, el valor de este contrato es cero (si el precio es estable), pero a medida que el tipo de cambio cambia durante un período determinado, se producirán ganancias o pérdidas. Una posición de efectivo en divisas puede replicarse completamente mediante una posición de letras de cambio a corto plazo y una posición larga en un contrato a término.