¿Cuáles son los modelos de valoración de acciones ordinarias?
Actualmente no existe un estándar unificado para la valoración de acciones, siempre y cuando conste de tres métodos: DCF (método de flujo de efectivo descontado), P/E (relación precio-beneficio) y EV/EBITDA. (valor empresarial múltiplo).
Estos tres métodos utilizan el nivel de indicadores para valorar las acciones, y cada uno tiene sus propias ventajas y desventajas.
DCF (método de flujo de caja descontado) determina el precio de las acciones en función del flujo de caja futuro de la empresa y de una determinada tasa de descuento. La clave es predecir los flujos de efectivo futuros de la empresa y encontrar una tasa de descuento justa. Esta tasa de descuento juega un papel decisivo en el riesgo de los flujos de efectivo futuros. Este método se centra en el valor intrínseco de la empresa y es un método de valoración razonable. Sin embargo, las estimaciones inexactas del flujo de efectivo pueden generar errores y están limitadas por la tasa de descuento.
P/E (relación precio-beneficio) es un método sencillo. Generalmente es más preciso utilizar los resultados recientes para estimar las perspectivas del mercado. Como se mencionó anteriormente, la clasificación de las acciones con la relación precio-beneficio más baja también se puede estudiar en conjunto. La desventaja de este método es que utiliza ganancias en lugar de efectivo e ignora otros riesgos de la empresa, como el riesgo de deuda altamente apalancada. Hay otra forma de solucionar las deficiencias, que es el análisis DuPont del ROE. Pero la tasa de utilización también tiene una desventaja, que es que no tiene forma de generar ganancias a largo plazo. Es demasiado pequeña para algunas industrias o empresas cíclicas porque ignora la depreciación, la amortización y los gastos de capital.
EV/EBITDA (múltiplo de valor empresarial) no se puede utilizar para valorar acciones. También se puede utilizar para valorar una empresa y luego agregar elementos no monetarios como amortización y depreciación a la valoración. No es perfecto y no es bueno para algunas empresas con grandes estructuras de participación, porque refleja no sólo el flujo de efectivo de los pequeños accionistas, sino también el flujo de efectivo de los accionistas mayoritarios excesivos. No puede reflejar los gastos de capital y sobreestima el efectivo.
Los modelos de valoración de acciones anteriores son relativamente independientes y complementarios entre sí. Pueden combinarse para su evaluación y mejorar la precisión de la valoración.