La historia del manzano

Recientemente, circuló en Internet una historia sobre los manzanos. De eso se trata la historia. Se dice que allí hay un manzano. En el primer año dio cien frutos y se recogieron noventa. No estaba contento porque habían elegido a muchos. Entonces, al año siguiente, solo tenía 10 frutas y recogió 9, pero todavía estaba muy infeliz. En el tercer año, sólo dio cinco frutos y recogió cuatro. Dijo con orgullo, cada vez les doy menos fruta, ¡así que dejen de exprimirla!

Al principio no lo entendí, ¡pero de repente me di cuenta después de leer algunos análisis! ¡Esta es la persona en el lugar de trabajo, esta es la persona que me rodea! Por ejemplo, mi compañero de cuarto, que hace prácticas en la misma empresa que yo, se queja todos los días de la falta de dinero y del exceso de trabajo. Se calló y dijo: "Haré todo el trabajo que él me dé". Se quejaba todos los días de la empresa, ni de aquí, ni de allá, ni del líder, ni del sistema, era muy molesto. No sé qué decir.

Siento que mucha gente en el lugar de trabajo tiene esta mentalidad. Después de leer la historia del manzano, me di cuenta de que el trabajo no es sólo asunto del jefe. ¡Trabajar duro no solo es para ganar más dinero para el jefe, sino también para recibir más bienes! Al igual que un manzano, si da cien frutos más, podrá sacar 10 más. Si da 1.000 frutos, será cultivado, protegido y utilizado para cultivar más árboles frutales de este tipo. Sólo cuando seas mayor tendrás el capital para negociar y tendrás mayor confianza para negociar ascensos y aumentos salariales. ¡Solo si paga y deja que otros lo vean, otros podrán reconocer su habilidad personal!

Además, mi sentimiento más profundo estos días es que hacer comentarios irresponsables no es personal, especialmente regañar a los líderes a sus espaldas. Debes ser extremadamente cauteloso. El líder puede saberlo tan pronto como lo escuche, y entonces la persona que habla tendrá miedo. Experiencia personal, no te involucres en el futuro, algunas personas nunca seguirán la tendencia y dirán cosas malas, ¡asegúrate de saltarte un susurro!