¿Quién me puede enseñar a atar la corbata de los cuatro caballos? ¡Cuidado con atarte tú mismo!
Saqué la cuerda que había preparado durante mucho tiempo y comencé a autoatarme. Primero hice la postura de los cuatro caballos, primero giré una cuerda alrededor de mis tobillos y luego. Luego lo envolví por la mitad, de modo que ambos pies quedaran atados. Los até fuertemente, luego até mis muslos de la misma manera, luego saqué una cuerda larga, até los dos dedos gordos y luego la tiré desde la mitad hacia el medio. El lazo que ya había hecho alrededor de mi cuello (la parte superior del cuerpo estaba rayada. Estaba listo y era justo el momento de poner mi mano en el lazo. Esto no fue fácil. Tuve que tirar hacia atrás con fuerza para que el pie entrara en contacto con la espalda). Me dolió lo más posible, pero lo soporté y la cuerda volvió a mis dedos. Luego me tapé la boca con una toalla y la até fuertemente detrás de mi cabeza con una cuerda, privándome así del derecho a hablar. Sólo puedo gemir y gemir. También me gusta taparme los ojos, lo que me vuelve más indefenso y excitante. Finalmente, puse mis manos en la soga detrás de mi cuello. Después de envolverlo con fuerza unas cuantas veces, mis manos quedaron colgadas detrás de mi cuello. Esto completó todo el cuerpo. Era muy incómodo. Los pies estaban atados detrás de mi espalda, las manos estaban atadas detrás del cuello. Comencé la lucha más estimulante, fue muy apretada, solté gemidos, llegué al clímax y moví mis manos y pies vigorosamente, pero todo fue ineficaz. Mis fuerzas estaban agotadas y estaba indefensa y restringida. Los ojos también estaban cubiertos, no sabía qué hora era, sólo sabía que después de mucho tiempo, todo mi cuerpo comenzó a sentir dolor, así que comencé a aflojar las ataduras. Desatarme se volvió más difícil. El cuchillo con la mano comencé a cortar la cuerda. Como tenía las manos atadas detrás de mí, tardé mucho en cortar la cuerda. Mis manos se relajaron, me desató las piernas y los pies y me quitaron la toalla. Ya estaba mojada mi saliva empapó la toalla, la cuerda también estaba mojada, y mi cuerpo estaba cubierto de sudor, como si acabara de salir del agua, y me quedé dormido... Ampliar