España es un país industrial capitalista moderadamente desarrollado y su agregado económico ocupa el quinto lugar en la UE. A principios de la década de 1980, España comenzó a implementar políticas de austeridad, ajuste y reformas y adoptó una serie de medidas de liberalización económica. Aprovechando la oportunidad de unirse a la Unión Europea en 1986, el desarrollo económico alcanzó un clímax. A principios de la década de 1990, debido al sobrecalentamiento económico, el crecimiento económico se desaceleró y cayó en recesión. Desde mediados de la década de 1990, cuando los gobiernos occidentales adoptaron políticas de control macroeconómico, la economía comenzó a recuperarse y a mantener un crecimiento constante. Después de que España se convirtiera en el primer país en unirse a la zona del euro en mayo de 1998, su economía ha seguido creciendo rápidamente, con tasas de crecimiento anual superiores a la media de los países de la UE. En los últimos años, afectados por la crisis financiera mundial, los riesgos financieros en Occidente han aumentado, la burbuja inmobiliaria ha estallado, la tasa de desempleo se ha disparado, la economía ha disminuido rápidamente y el desarrollo social ha enfrentado graves desafíos. En junio de 2012, España solicitó a la eurozona un préstamo preferencial de no más de 10 mil millones de euros para ayudar a la industria bancaria occidental.
El valor de la producción agrícola, forestal y pesquera de España representa el 2,5% del PIB, con una población ocupada de 753.200 personas. La superficie agrícola utilizable representa el 13,8% de la superficie terrestre, ocupando el segundo lugar en la UE.
La producción industrial de España representa el 15,6% del PIB, con una población ocupada de 2,43 millones. El valor de la producción de la industria de la construcción representa el 8,4% del PIB y la población ocupada es de 1.147.600 personas. Los principales sectores industriales incluyen la alimentación, el automóvil, la metalurgia, la energía, la petroquímica, la energía eléctrica y otras industrias. El textil, la confección y el calzado son industrias tradicionales importantes en España.
La industria de servicios de España es uno de los pilares importantes de la economía nacional, incluyendo la cultura, la educación, la salud, el comercio, el turismo, la seguridad social, el transporte y las finanzas, entre los cuales el turismo y las finanzas están relativamente desarrollados. En 2012, el valor de la producción del sector de servicios representó el 65,5% del PIB y empleó a 12,95 millones de personas.