Acerca de materiales reales
Temprano en la mañana, el alegre canto de los pájaros me despertó de mi sueño. Abrí la ventana y miré el cielo azul, la hierba verde y las gotas de rocío cristalinas, una mañana clara y refrescante. Por suerte para mí, comencé otro gran día.
Por la noche, el cielo se llena de estrellas. Abrí el diario y describí mis sentimientos de vida con un bolígrafo torpe. La luz de la luna mostró una suave sonrisa, rodeada por la calidez de la noche. Tuve la suerte de tener un día tranquilo y satisfactorio al final.
Mi vida es tan tranquila, sin altibajos. Me siento muy afortunada.
Tengo suerte, disfruto de las sensaciones más cálidas. Desde que era un niño pequeño hasta que enfrenté las dificultades del crecimiento, mis padres no sólo me brindaron cuidados, sino también valor espiritual. Agradezco su compañía, sus enseñanzas y su preocupación, porque me permiten elegir mantenerme fuerte ante las dificultades, hacerme sentir amado y al mismo tiempo entregar mi amor a los demás.
Tengo suerte, tengo las amistades más cálidas. Dejaron hermosas imágenes en mi memoria de mi infancia: en la pista, mis compañeros me animaban a seguir adelante juntos y nunca rendirme, en los días de lluvia, los grandes paraguas de mis amigos me protegían del viento y la lluvia, pero yo no lo hacía; cuidado que mi espalda estuviera empapada; bajo el atardecer, reíamos y jugábamos nuestra juventud despreocupada.
Tengo mucha suerte, he soportado la bondad más desinteresada de mi profesora. La suma, la resta, la multiplicación y la división no pueden contarse como la dedicación del maestro hacia nosotros; los poemas y las canciones no pueden dejar de elogiar al maestro. Siempre que me enfrento a una serie de problemas con dudas, tú eres quien me guía y corrige mis errores. Cada vez que dudo, son tus enseñanzas las que ya no me confunden.
Mirando las flores, la hierba y el verde aquí, la infinita belleza de la naturaleza, tengo mucha suerte de contar con la generosidad desinteresada de Dios y la tolerancia de la tierra. Todos los días de mi vida he aprendido a ser tolerante, a aceptar, a dar, a dejarme tocar y a devolver. Tengo mucha suerte. Porque tengo suerte, me siento feliz. Trato cada día, el mundo, la vida, los amigos y las dificultades con una sonrisa.