Red de conocimientos turísticos - Información de alquiler - Una historia para niños pequeños sobre dos conejitos

Una historia para niños pequeños sobre dos conejitos

Había un conejito que tenía una preciosa casa de madera blanca y un precioso huerto verde. Al conejito le encanta su casa de madera y su huerto. Pero por alguna razón, siempre sintió que faltaba algo en su vida.

Un día, el conejito estaba sentado en la colina viendo a sus amigos jugar al fútbol. Estaban gritando y gritando, y estaba muy animado. Al conejito no le gustaba jugar al fútbol, ​​pero pensó: Quizás mi vida sea demasiado tranquila, le faltan algunos colores y sonidos.

Sí, color y sonido.

El Conejito fue inmediatamente a la ciudad y encargó un televisor. Con la televisión, la vida del conejito tiene colores y sonidos, lo que la hace mucho más animada que antes. Sin embargo, el conejito todavía sentía que algo faltaba en su vida.

¿Qué falta?

Dos conejitos

Un día, el conejito de repente pensó: Quizás mi vida sea demasiado ordinaria, carente de algunas sorpresas y accidentes. Conejito fue inmediatamente a la ciudad y pidió un coche.

Con el coche, el Conejito viaja y explora cada fin de semana. Su vida está llena de sorpresas y accidentes. Sin embargo, el conejito todavía sentía que algo faltaba en su vida.

El conejito nunca ha podido encontrar la respuesta.

Dos conejitos

Hasta que un día, apareció una libélula verde en su huerto.

El conejito tenía muchas ganas de atrapar a la hermosa libélula verde. La persiguió por todo el bosque y por la hierba...

El conejito la persiguió hasta que llegó. Un edificio azul frente a la cabaña. La ventana de la casa de madera estaba abierta y libélulas verdes entraban volando por la ventana.

Dos conejitos

El conejito se armó de valor y llamó a la puerta. ¡Fue otro conejito quien abrió la puerta!

“Hola”, dijo el conejito, “¿Viste una libélula verde que entró volando en tu casa?”.

“ ¿En serio? "Entra y búscalo", dijo el conejito con una sonrisa.

Los dos conejitos bebían té y charlaban juntos. Cuanto más charlaban, más felices se volvían, porque tenían los mismos puntos de vista sobre muchas cosas.

Dos conejitos

Más tarde, el otro conejito le puso sus alas y tiró del conejito hasta la montaña detrás de la cabaña. El conejito dijo: "Cada mañana vengo aquí con las alas puestas, cierro los ojos y dejo que el viento me sople las alas, imaginándome que soy un gran pájaro volando libremente."

"Eres tan especial, me gustas mucho." dijo el conejito. Miró al conejo con alas y se sintió muy feliz. ¡De repente comprendió que lo que le faltaba en la vida era un buen amigo!

La hermosa y feliz libélula verde se alejó volando silenciosamente de los dos conejitos. Debes haberlo adivinado, es el elfo de la historia...