Cuanto más te digas a ti mismo que no pienses en ello, más fácil será que aparezcan en tu mente. ¿Qué debes hacer ante este fenómeno?
El trastorno obsesivo-compulsivo se manifiesta principalmente en los conceptos psicológicos y comportamientos del trastorno obsesivo-compulsivo, que se relaciona con características de personalidad, eventos adversos y factores de estrés en el proceso de crecimiento, especialmente con la búsqueda excesiva de la perfección. Las características de vacilación, cautela y terquedad están estrechamente relacionadas. Con estos malos rasgos de personalidad, es fácil desarrollar un trastorno obsesivo-compulsivo. Debido a que deliberadamente quieres ignorar y olvidar, resulta que esta cosa se toca nuevamente en tu cerebro, estimulando constantemente el cerebro y la corteza del hipocampo, que tiene un efecto anti-refuerzo en la memoria, por lo que te perseguirá una y otra vez.
Solo aquello en lo que sigues pensando puede hacer que la gente no quiera pensar en ello. Depende de lo que pienses. Algunos son compulsivos. Algunos ponen patas arriba la mente de otras personas. Algunos están motivados. Las distracciones son como impurezas en el agua. Cuanto más se agita el agua para permitir que las impurezas se asienten, más rápido se mueven las impurezas. El tratamiento consiste en calmar tu mente como el agua y observar atentamente esos pensamientos. No tienes que analizar y juzgar estos pensamientos, ni tampoco tienes que resistirte a ellos. Vea adónde le llevan estas ideas. Cuando observas, encontrarás que los pensamientos a veces son inexistentes, luego los ignoras y sigues su naturaleza, como impurezas en el agua que se asientan lentamente.
Utiliza una idea para suprimir otras ideas. Piensa en otras cosas importantes. Esto se maneja de forma clara. También puedes usar la sabiduría para observar tus pensamientos, analizarlos con claridad, verlos con claridad y entonces dejarás de pensar al azar. Te sientes un poco incómodo. Tu cerebro te engaña haciéndote pensar: "Esto es importante". Cuanto más te molesta, más te "irrita".
Cuando los pensamientos recurrentes te perturban, necesitas tomarte un momento para enfrentar el pensamiento, evaluar la importancia de la perturbación para ti y resolverlo primero o "pensarlo otro día". Estos pensamientos seguirán atormentándolos, y la razón principal por la que se sienten irritados y ansiosos es que los pensamientos enterrados en sus cabezas no son humanos, especialmente si creen que los demás no los conocen.