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En la vasta llanura amazónica, vive un águila llamada Águila Águila, conocida como el "Rey del Vuelo". Tiene un tiempo de vuelo prolongado, velocidad rápida y movimientos ágiles, lo que la convierte en la mejor entre las águilas. Los animales pequeños que encuentra generalmente tienen dificultades para escapar de su captura.
Pero quién hubiera pensado que hay una gota de sangre detrás de este hermoso vuelo.
Cuando una pequeña águila nace y no disfruta de unos días cómodos, vivirá un cruel entrenamiento por parte de su madre. Con la ayuda de la madre águila, el aguilucho no tardará mucho en volar solo, pero este es sólo el primer paso, porque este tipo de vuelo es sólo un poco mejor que gatear. Los aguiluchos jóvenes necesitan cientos o miles de entrenamiento, de lo contrario no podrán obtener alimento de su madre. En el segundo paso, la madre águila lleva a los aguiluchos a un lugar alto, o al borde de un árbol o acantilado, y luego los arroja. Algunos aguiluchos son asesinados por sus madres porque son tímidos. Pero la madre águila no permitirá que eso le impida entrenarlos. La madre águila sabe que sin ese entrenamiento, el niño no puede volar alto en el cielo azul. Incluso si pudiera, le resultaría difícil atrapar comida y morir de hambre. El tercer paso está lleno de crueldad y horror. Aquellas águilas jóvenes que son empujadas por el acantilado por la madre águila y pueden volar con éxito se enfrentarán a la prueba final, más crítica y más difícil, porque la mayoría de sus alas en crecimiento serán cruelmente rotas por la madre águila, y luego volarán. Empuje hacia abajo desde lugares altos. Muchas águilas jóvenes se convertirán en trágicos sacrificios para volar en este momento, pero la madre águila no detendrá este "sangriento" entrenamiento, porque aunque hay lágrimas de dolor en sus ojos, también está embarazada.
Algunos cazadores, por simpatía, se llevaron en secreto algunas águilas jóvenes a casa para alimentarlas antes de que la madre águila les rompiera las alas. Pero más tarde los cazadores descubrieron que las águilas que habían sido alimentadas y criadas caían como máximo hasta la casa. Esas alas de dos metros de largo se convirtieron en una carga.
Resulta que la madre águila rompió cruelmente la mayoría de los huesos de las alas del polluelo, lo cual es la clave para determinar si el polluelo podrá volar libremente en el vasto cielo en el futuro. Los huesos de las alas del águila tienen fuertes capacidades regenerativas. Mientras puedan soportar el dolor severo, continúen batiendo sus alas después de romperse y dejen que las alas sigan llenándose de sangre, se recuperarán rápidamente. Después de la recuperación, sus alas crecerán más largas y fuertes como el fénix mítico que muere y renace. De lo contrario, el águila pierde su única oportunidad y nunca podrá conectar con el cielo azul.
Nadie puede ayudar al águila a volar excepto él mismo.
Cada uno de nosotros tiene su propio, vasto y hermoso cielo azul, y también tenemos un par de alas para prepararnos para el cielo azul, es decir, pasión, voluntad, coraje y esperanza, pero nuestras alas muchas veces son rotos y a menudo se vuelven impotentes. Si es así, ¿podemos soportar un dolor intenso, rechazar la misericordia y volar sin caer?