Poesía en prosa de Humenbao

Estos cañones nunca volverán a hablar.

Estos muros nunca volverán a hablar.

Estos cuarteles vacíos ya no pueden escuchar la llamada de la base.

Todas las casas están cerradas.

Todos los soldados se convirtieron en polvo.

Sus almas, si es que existieron, quedaron reducidas a la nada.

Ahora sólo quedan con vida los turistas, y sus pasos han despertado el arroz glutinoso dormido en la muralla de la ciudad.

Sus cámaras oscurecieron los ojos de la cuna que miraban al mar.

Los ojos del pesebre están vacíos, y no hay en ellos sangre ni lágrimas de historia.

En el largo túnel, no se oían gritos atravesando el polvo y el aire.

Solo se oye el sonido nítido de los zapatos de cuero, haciendo clic.

Hombres y mujeres bien vestidos, comiendo helado y haciéndose fotos con cañones irresistibles,

Sus sonrisas eran brillantes.

Sus voces eran más altas que el mar, y a lo lejos se veían altos barcos de carga deslizándose sobre el mar.

Nadie tiene miedo. Nadie tiene miedo.

Ahora, sólo quedan con vida los vendedores que montaron puestos.

Extendieron enormes toldos, colocaron conchas en las ventanas y gritaron fuerte.

Muñeco, cochecito de pony, cuchillo y pistola.

Las campanillas de viento colgadas con hilos de seda sonaban suavemente con la brisa.

En su congelador hay gran variedad de bebidas heladas y helados.

Sus rostros brillan con la luz del dinero.

Todas las bebidas son cuatro veces más caras que fuera.

Alquilaron cámaras y tomaron fotografías de personas, posando en diversas poses en la playa.

Conversan con turistas en mandarín y con sus pares en dialectos locales.

Lenguas completamente diferentes parecen provenir de dos países.

Misma sangre, mismo color de piel, pero parecen venir de dos países.

Ahora, sólo la historia ficticia y la imaginación literal permanecen vivas.

Todas las historias están enmascaradas con hipocresía.

Todas las piedras están empapadas de mentiras.

Toda la sangre está distorsionada intencionada o no, como un muro cuya cabeza fue derribada por un grupo de estudiantes.

Donde sea derribado el muro, la sangre fluirá.

Ahora, sólo el mar está vivo, y el mar baña la playa día y noche.

Ahora, bajo el vasto cielo, sólo quedan vivos pequeños granos de arena,

En el frío, se abrazaron con fuerza.

Viven humildemente. Son prácticamente inmortales. Pero no saben que están vivos.