El punto clave a la hora de regar los kiwis es si les gusta el agua y tienen miedo de encharcarse o de inundarse.
Todas las actividades vitales del kiwi están estrechamente relacionadas con el agua. El suministro oportuno de agua es la principal medida para garantizar un metabolismo normal, una alta calidad y una producción estable del kiwi. El agua insuficiente o excesiva provocará hojas muertas, hojas caídas y pudrición de las raíces, y también afectará la diferenciación de los botones florales. El árbol tiene poca acumulación de nutrientes y poca resistencia a la sequía. Controlando el riego, se puede promover y controlar la absorción de fertilizantes.
El crecimiento y expansión vigorosos de los brotes del kiwi requieren tanta agua como fertilizante, siendo la etapa de floración la más sensible a los requerimientos hídricos. Demasiada o muy poca agua no favorecen la floración ni el cuajado.
Precauciones para regar los kiwis
En los más de dos meses posteriores al cuajado del kiwi, el kiwi crece vigorosamente y el volumen del fruto y el peso fresco aumentan rápidamente, representando alrededor del 80 % del peso final del fruto %. Este período es el período pico de demanda de agua para el kiwi. Un suministro de agua suficiente puede satisfacer la demanda de agua para el crecimiento de la fruta y promover la diferenciación de los botones florales. La frecuencia de riego debe determinarse en función de la humedad del suelo. En el caso de días continuos de sol, regar una vez cada 3 semanas aproximadamente.
El kiwi requiere menos agua durante el período de inactividad, pero el riego antes de invernar es beneficioso para la síntesis y transformación de los nutrientes de las raíces, lo que es beneficioso para que la planta pase el invierno de forma segura. En el norte, generalmente es necesario regar una vez antes de aplicar el fertilizante base y congelar.