¿Pueden los taoístas meditar en el solsticio de invierno?
Notas:
Primero, al meditar, todas las cosas que restringen el cuerpo, como cinturones y corbatas, deben aflojarse para permitir que el cuerpo se relaje y descanse por completo.
En segundo lugar, cuando hace frío debes envolver tus rodillas y nuca para mantenerlas calientes, de lo contrario el frío invadirá tu cuerpo durante la meditación y no habrá cura. Presta especial atención a este punto. ?
Datos ampliados
1. Deja ir todo
¿De qué sirve estar apegado a las cosas del mundo? Todo en este mundo es una combinación de causas y condiciones, sin entidad, como nubes pasajeras, vacías e irreales, imposibles de obtener o quitar. Incluso mi propio cuerpo es falso, no puedo conservarlo, no puedo conseguirlo y todavía puedo imaginar lo que hay afuera.
Por lo tanto, es muy estúpido considerar algo como verdadero y aun así aferrarse a ello. Aprender budismo y practicarlo es una carrera para un caballero con gran sabiduría, y no es algo que puedan hacer personas con pocas facultades y poca sabiduría. Para convertirte en sacerdote taoísta, primero debes ver todo.
Medita con concentración y alcanzarás la iluminación. Si piensas de esta manera, piensa de otra manera, piensa al azar, eso es todo. Debes dejarlo todo y actuar como un muerto.
2. La mente oye.
Este es el secreto para cultivar la mente, que es muy importante para la meditación y la iluminación, por eso te recuerdo una y otra vez que lo sigas al pie de la letra. La gente está acostumbrada a las ilusiones. Si no escuchan atentamente el mantra, si no pueden dejar de pensar, ¿cómo podrán estar tranquilos e iluminados?
Por lo tanto, debes escuchar tu corazón, leer una frase del corazón y escuchar tus oídos con claridad, para que puedas estabilizar tu corazón y calmarte gradualmente.
3. Lo sentí cuando lo vi.
Deberías poder ver una idea cuando se te presente. Si no puedes verlo, corre con él. Cuando lo sigues, estás confundido y no puedes conformarte. Así que debes ser consciente de ello cuando lo recitas. No puedes dejarlo ir a la deriva ni reprimirlo. Simplemente ignóralo, eleva tu atención, mantén el mantra de todo corazón, piensa en él con naturalidad y tranquilízate con seguridad.