¿Alguna vez ha tenido una experiencia desagradable al cenar fuera donde el valor de la comida no coincide con el precio? ¿Cómo lo hiciste?
Sí, he tenido la desagradable experiencia de que el valor físico no coincide con el precio. Una vez fui a un restaurante llamado "Restaurante Yiming".
Este es un restaurante famoso por sus fideos, sopas y otras comidas chinas. En ese momento fui al restaurante con el propósito de comer unos "fideos con carne estofada", que es su plato estrella. Sin embargo, cuando terminé el plato, descubrí que su valor físico no coincidía con el precio. Obviamente pagué mucho dinero pero no obtuve el valor que merecía.
Por lo tanto, decidí hablar con el jefe en ese momento y pedirle que pagara el dinero correspondiente según el valor. Primero le pregunté al jefe por qué me cobraban menos de lo que deberían haberme cobrado, y descubrí que era porque los clientes a menudo les pedían reducciones de precios.
Dije que no debemos pagar por los errores de otras personas. Mientras paguemos el precio promedio, debemos obtener el valor promedio.
Después hice mi petición al jefe, pidiendo un descuento o un reembolso parcial del coste para compensar la discrepancia entre valor y precio. Ante la desgana del jefe, finalmente llegamos a un acuerdo. El jefe redujo mi porción del plato a la mitad y me pidió que pagara una cantidad menor.
Al recordar esta experiencia, me siento muy orgulloso de mí mismo por haber logrado esta victoria. La desagradable experiencia de la discrepancia entre el valor físico y el precio me trajo muchos problemas, pero insistí en estar de mi lado y exigí resueltamente al jefe que tomara las debidas medidas de conciliación. Si me rindo, mi jefe también puede cobrarme un precio alto a voluntad para compensar la pérdida de ganancias.
Estas experiencias me hicieron darme cuenta de que a la hora de consumir debemos proteger activamente nuestros derechos e intereses, en lugar de permitir que los comerciantes nos cobren precios elevados.