Cómo propagar gladiolos

1. Elige el suelo

El gladiolo no requiere mucho suelo como otras flores preciosas, por lo que es más popular entre el público. En general, los gladiolos prefieren suelos profundos, ligeramente ácidos, sueltos, fértiles y arenosos. Lo más importante es que el suelo debe tener un buen drenaje y no formar placas fácilmente, para que el gladiolo pueda absorber mejor los nutrientes y florecer bien.

2. Luz suficiente

El gladiolo es una flor típica de día largo. Cuanta más luz solar haya, más rápido crecerá. Lo mejor es proporcionar a Gladiolus más de 14 horas de remojo cada día. Sólo así sus botones florales podrán diferenciarse sanamente. Si hay una falta de luz prolongada, los floretes individuales de la planta se marchitarán, las flores se volverán escasas y también aumentará la posibilidad de enfermedades.

3. Requisitos de temperatura

Las flores poco tolerantes al frío necesitan cuidados especiales en invierno. Lo mejor es colocar el gladiolo en una habitación cálida y ajustar la temperatura de su entorno a tiempo para evitar la congelación. La temperatura de crecimiento del gladiolo debe controlarse entre 21 y 35 grados centígrados. La temperatura interior máxima no debe exceder los 35 grados centígrados; de lo contrario, es probable que la alta temperatura queme el gladiolo.

4. Cantidad adecuada de agua

El gladiolo tiene unos requisitos de agua estrictos, por lo que cada uno debe controlar la cantidad a la hora de regar. El riego excesivo puede hacer que las raíces de las plantas se pudran fácilmente, mientras que el riego insuficiente puede hacer que los gladiolos se vuelvan apáticos y las hojas se vuelvan amarillas. Recuerda pulverizar agua sobre sus hojas con frecuencia y dejar de regar durante la floración para alargar su periodo de floración.