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Pensamiento inverso: el encanto del robo de turistas en hoteles

Al director de un hotel le preocupaba que algunos objetos del hotel fueran robados a menudo por los huéspedes que se alojaban en él, pero no había podido encontrar una contramedida eficaz.

Les dijo a sus subordinados que enviaran rápidamente a alguien a la habitación para ver si faltaba algo cuando los invitados realizaban el check out en el mostrador. Como resultado, los invitados estaban esperando en el mostrador y tuvieron que esperar a que el encargado de la habitación pagara antes de poder pagar. No solo fue demasiado lento para hacer el check out, sino que se sintieron avergonzados y nunca volverían a hospedarse en este hotel.

El director del hotel consideró que ese no era el camino a seguir, por lo que llamó a los jefes de varios departamentos para pensar en mejores formas de evitar que los turistas robaran. Varios ejecutivos se sentaron juntos y pensaron mucho.

Un joven ejecutivo dijo de repente: "Ya que a los turistas les gusta, ¿por qué no dejar que se lo lleven?". Los ojos del gerente del hotel se abrieron cuando escuchó esto. ¿Qué clase de mala idea es esta?

El joven supervisor agitó su mano rápidamente, indicando que había más por hacer. Dijo: "Como a los clientes les gusta, pondremos precio a todo. ¡Tal vez podamos obtener ingresos adicionales!"

Los ojos de todos se iluminaron y con entusiasmo siguieron adelante según lo planeado. A algunos pasajeros les gusta robar cosas, no intencionalmente, sino porque les gustan mucho los objetos que hay en la habitación. Inconscientemente sintieron que, dado que pagaban un alquiler tan alto, ¿por qué no podían llevárselo a casa como recuerdo? No había una regla clara sobre lo que no podían llevarse, por lo que deliberadamente fingieron estar confundidos y se llevaron algunas cosas pequeñas.

Teniendo esto en cuenta, el hotel pone precio a todo y explica que los huéspedes pueden realizar el check-in en el mostrador si lo desean. En este hotel aparecieron de repente muchas cosas, como cuadros en las paredes, artesanías, pequeños adornos con características locales, hermosos manteles e incluso suaves almohadas, cubrecamas, sillas y otros enseres estaban marcados con precios.

Como resultado, el hotel está bellamente decorado tanto por dentro como por fuera, dejando una profunda impresión en los huéspedes. ¡El negocio de este hotel está mejorando cada vez más!

Invertir el cerebro requiere que investiguemos profundamente el problema y encontremos su causa raíz.

Al igual que el joven ejecutivo del artículo, descubrió que los huéspedes que "robaban" no intentaban aprovecharse, sino que les gustaba mucho la decoración del hotel. Entonces la solución es simple: marcar claramente el precio y venderles. En su trabajo y estudio diario, no se deje caer en un callejón sin salida del pensamiento, sino sepa cómo usar su cerebro al revés de manera oportuna y utilizar el pensamiento inverso para resolver problemas.