¿Qué tal compartir una casa con buenos amigos?
La ventaja es que pueden ahorrar algunos gastos y, al mismo tiempo, pueden comprender mejor los hábitos de vida y los comportamientos diarios de los demás y mejorar la amistad. Además, como ya son buenos amigos, pueden comunicarse entre sí más fácilmente y resolver algunos problemas relacionados.
Sin embargo, compartir también puede causar algunos inconvenientes o problemas. Por ejemplo, los conflictos surgen entre amigos por diferentes hábitos de vida o personalidades; en ocasiones necesitan compartir espacio público y recursos entre ellos, pero pueden no ser del todo coherentes, etc.
Por lo tanto, alquilar una casa con buenos amigos requiere suficiente tolerancia y comprensión por parte de ambas partes, y es necesario negociar completamente varios detalles y regulaciones al reunirse con anticipación. Se pueden planificar soluciones con antelación para posibles problemas, y ambas partes deben respetar estrictamente el contrato de alquiler y las normas de la vida pública. Sólo así se podrá garantizar la relativa estabilidad y la amistad de la vida en común.