Formular un sistema de incentivos de distribución de empleados que esté vinculado al desempeño y con recompensas y castigos claros es la medida más eficaz para movilizar el entusiasmo, la iniciativa y la creatividad de los empleados. También es el estándar básico para medir el desempeño laboral de un empleado. Cada departamento puede cuantificar el número de empleados en función del presupuesto anual del hotel, ingresos de explotación, calidad del servicio, control de costes, etc. Promover un mecanismo de competencia dentro del hotel e implementarlo verdaderamente para movilizar plenamente el entusiasmo, la iniciativa y la creatividad de los empleados. En definitiva, en el proceso de gestión hotelera no podemos dejar de lado la preocupación por los empleados. El entusiasmo, la iniciativa y la creatividad de los empleados son la fuente de la vitalidad del hotel. En última instancia, la gestión hotelera debe lograr tres objetivos: primero, cuidar y cuidar a los empleados para satisfacerlos; segundo, mejorar continuamente la calidad del servicio para satisfacer a los huéspedes y, finalmente, continuar innovando para satisfacer a los propietarios;